Portugal siempre es un destino para los viajeros que desean vivir una experiencia única gracias a su magia y carácter que lo hace un país único. Portugal además de su zona peninsular tiene dos joyas en el océano Atlántico: Madeira y el archipiélago de las Azores. Este segundo un destino vacacional muy conocido por los Portugueses pero no tanto para los que son de fuera

Destino premiado

El reconocimiento por parte de la UNESCO y de otras reconocidas organizaciones le han otorgado al conjunto de islas un valor añadido. Entre los reconocimientos se encuentran la Agenda Universal 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) desarrollada por Naciones Unidas, el 2017 se estableció como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo en el que las Azores ha desarrollado muchos proyectos.

Desde hace mucho se reconoce mundialmente el valor incalculable de las Azores. La UNESCO considera Patrimonio Mundial el Centro Histórico de Angra do Heroísmo, en la isla de Terceira desde 1983, y el Paisaje Vitivinícola de la isla de Pico desde 2004.

Geografía

Son nueve las islas de origen volcánico que forman este archipiélago de este a oeste, las islas han sido bautizadas como Santa María, São Miguel, Terceira, Graciosa, São Jorge, Pico, Faial, Flores y Corvo

Sólo alrededor del 5% de este exuberante archipiélago volcánico, Azores, posee construcciones, lo que significa que los visitantes pueden valorar un verdadero entorno natural. El resto es un mosaico de áreas protegidas y reservas marinas

Ballenas y delfines

Las Azores son más conocidas por la observación de ballenas y delfines; el archipiélago es una parada o hogar para aproximadamente un tercio de las especies de cetáceos del mundo. Los residentes de todo el año incluyen cachalotes, delfines comunes y delfines mulares. Muchas otras especies (incluidas las ballenas azules, el animal más grande en la historia del planeta) pasan a través de las rutas de migración.

No hace mucho esto era una gran fuente de ingresos para los azorianos donde muchos de ellos se dedicaban a la caza de estos cetáceos para vivir desde el siglo XVIII, hasta 1987 desempeñó un papel importante en la economía de las Azores. Las torres de vigilancia utilizadas que ahora se usan para dirigir los barcos turísticos antiguamente eran usados por los cazadores para guiarse. El Museu dos Baleeiros en Pico y la estación de caza de ballenas en Porto Pim cuentan la historia de la industria y su desaparición.

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