La Virgen del Pilar tiene una conexión especial con la ciudad de Zaragoza en España, así como vínculos históricos con Italia y Portugal. Tan importante como que es también la patrona de la hispanidad

Conexión con Zaragoza

La tradición sostiene que la Virgen María se apareció en cuerpo mortal al apóstol Santiago (Santiago el Mayor) en Zaragoza el 2 de enero del año 40 d.C., mientras él predicaba en la península ibérica. Según la leyenda, María, que todavía vivía en Jerusalén en ese momento, se le apareció milagrosamente al apóstol sobre un pilar de jaspe (una columna de mármol) para animarlo en su misión evangelizadora, ya que Santiago estaba desalentado por la falta de éxito en convertir a los habitantes de la región.

En el lugar donde ocurrió la aparición se construyó una pequeña capilla, que con el tiempo se transformó en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, un impresionante templo barroco que es uno de los centros de peregrinación más importantes de España. La Virgen del Pilar es la patrona de la ciudad de Zaragoza y de toda España, y su festividad se celebra el 12 de octubre, coincidiendo también con el Día de la Hispanidad.

Conexión con Italia

La Virgen del Pilar tiene un vínculo particular con Italia a través de la expansión del culto mariano y la Orden del Pilar. Con el tiempo, la devoción a la Virgen se extendió por toda Europa, especialmente en la Edad Media, y llegó a Italia a través de los intercambios religiosos y culturales que existían entre la península ibérica y el resto del continente. Muchas iglesias y capillas italianas están dedicadas a la Virgen del Pilar, lo que refleja la influencia de esta advocación mariana en el país.

Además, la Guardia Pontificia en el Vaticano tiene una relación especial con la Virgen del Pilar, ya que en su capilla privada se venera una imagen de esta Virgen, lo que refuerza el vínculo con el catolicismo romano y el papado.

Conexión con Portugal

La devoción a la Virgen del Pilar también tiene importancia en Portugal, especialmente desde que la Península Ibérica compartía una historia común durante varios periodos, como la época del Reino de León y la Reconquista. Durante ese tiempo, la fe cristiana, y en particular las advocaciones marianas como la Virgen del Pilar, jugaron un papel clave en la vida religiosa. Los lazos religiosos entre España y Portugal ayudaron a difundir su culto. Además, muchos portugueses, en sus viajes y misiones, llevaron consigo la devoción a la Virgen del Pilar a otros territorios, reforzando su importancia en el mundo católico.

En resumen, la Virgen del Pilar tiene una conexión directa y profunda con Zaragoza, donde se originó su culto, y a lo largo de los siglos ha extendido su influencia a países como Italia y Portugal. Su papel como símbolo de fe y protección sigue siendo importante en estos lugares, destacándose como una de las advocaciones marianas más veneradas.

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